Durante los últimos días, China, la segunda potencia económica a nivel mundial, ha sido portada de los titulares financieros, resultado de la devaluación de su moneda, el yuan renminbi (CNY), que ha caído un 4,6% frente al dólar hasta la estabilización del viernes y de hoy. La nación asiática ha asestado un duro golpe a la economía del globo durante la última semana al continuar con esta tendencia. El primer efecto colateral lo han sufrido principalmente los mercado emergentes de la región. Su impacto se ha hecho sentir de manera ostensible sobre las tasas de interés de los activos de riesgo, esto es, sobre las cotizaciones de acciones y commodities, reflejado en la caída sufrida por los precios de metales y del petróleo y que se ha hecho extensivo también a los principales indicadores de actividad industrial como el Dow Jones, con un descenso de 1,2%, el StoxxEurope 600, con un 1,6% y el Nasdaq Composite con una baja de 1,3%. Los expertos temen que la devaluación de la moneda china traiga como consecuencia el inicio de una guerra de divisas que culminará con una desestabilización general de la economía, pues ya ha comenzado una suerte de "efecto dominó", en monedas de países emergentes, donde se ha detectado que las más afectadas son la rupia indonesia, el ringgit de Malasia y el dólar de Australia y Nueva Zelanda, respectivamente. Las razones que explican esta depreciación han sido dadas a conocer por el Banco Central de China y se justifican en la adopción de una política de libre mercado sobre la valorización de los tipos de cambio (considerando que se mantienen medidas de control de éste), todo asociado a la contracción del crecimiento económico del gran país de Oriente (que al segundo trimestre marcó una tasa del 7%), lo cual hizo cada vez más difícil mantener una banda de precios sobre el tipo de cambio. La desvalorización del yuan impactará en las exportaciones, debido a que, básicamente significa que se podrán comprar más yuanes con menos dólares, impulsando así la competitividad e incrementando la producción industrial en pos de la anhelada reactivación económica. Desde el el gobierno central de China se ha desmentido la "guerra de divisas", con el propósito de disipar las preocupaciones existentes. Sin embargo, se puede afirmar que el gigante asiático es y seguirá siendo un pilar fundamental en la economía mundial. Los recientes acontecimientos en materia bursátil, causaron estragos y preocupación en la mayoría de las bolsas internacionales, y en el caso de Chile, tendrá un efecto adverso en el precio del metal rojo (cobre) y sobre el crecimiento de nuestro país.