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viernes, 29 de marzo de 2024 01:58h.

Entrevista a Rafael Figueroa, Director de Vinculación Social de la VRIM

Nuestro desafío institucional es recoger el espíritu de los tiempos, el cual nos convoca a generar vínculos con la comunidad

El actual desafío para países, sociedades e instituciones, es fortalecer los lazos de confianza, unirse y cooperar, para enfrentar conjuntamente los cambiantes procesos que caracterizan nuestro entorno altamente globalizado

 

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Nuestro entrevistado, Rafael Figueroa Pozo.

El gran reto que impone el nuevo milenio, tanto a países como a la sociedad, empresas e instituciones, es la necesidad de unirse, cooperar y recuperar las confianzas, para enfrentar con éxito, los desafíos que, en medio de un entorno globalizado, nos plantea el futuro que se avizora cada vez más complejo e incierto. Fenómenos como el cambio climático, la volatilidad de los mercados financieros y el diseño de nuevas tecnologías que modifican la interacción entre personas, sustituyéndola por una interfaz digital, han convertido a nuestro mundo en un escenario dinámico, competitivo y riesgoso. Este conjunto de amenazas latentes, obliga a plantear estrategias que estén por encima de desconfianzas e intereses particulares, impone el reencuentro, a través de un diálogo que fortalezca los lazos interpersonales y valide los esfuerzos comunes.

En el presente, las organizaciones - en el amplio sentido de la palabra - evolucionan aceleradamente, impactadas por un ambiente precipitado y cambiante. Por otra parte, las demandas ciudadanas se manifiestan de manera urgente e interactiva, debido a las nuevas modalidades de comunicación y participación, que las tecnologías, incorporan a los hábitos sociales y laborales de las personas. Este clima, hace imperativo el rediseño de las organizaciones en torno a equipos calificados para la obtención de metas de desarrollo sostenible, lo que obliga a adaptarse a las circunstancias dinámicas que hoy plantea el medio externo e interno, a potenciar economías de escala eficientes, a optimizar la inversión en capacitación del Capital Humano y a adecuar el desarrollo del talento a los nuevos desafíos. 

En este contexto de crecientes demandas y necesidades, la Universidad de Concepción ha creado la Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio, VRIM, encargada de representar los intereses, misión y visión de esta casa de estudios y de mantener relaciones con organismos públicos y privados, con el fin de unir y articular esfuerzos con todas aquellas entidades que se sientan comprometidas con el destino de su región y del país. Al respecto, Diario ConCiencia sostuvo una conversación con el Director de Vinculación Social de la VRIM, Rafael Figueroa.

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Actualmente, la Universidad de Concepción cumple un importante rol como institución que aporta su sello a la identidad regional.

 

Rafael ¿Qué es la VRIM de la Universidad de Concepción y en qué consiste esta área?

La VRIM, que es la Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio, tiene aproximadamente dos años de funcionamiento. Por lo tanto, es más bien de reciente data si la comparamos a las otras vicerrectorías que tiene la UdeC, como es el caso de Vicerrectoría Académica, Vicerrectoría de Administración y Finanzas y la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo. Posteriormente, se crea esta Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio. Y al alero de esta área, se crean la Dirección de Vinculación Social y la Dirección de Relaciones Institucionales.

La creación de esta institucionalidad, responde a un desafío enmarcado en los procesos de acreditación universitaria, que hoy plantean una relación mucho más estrecha y focalizada con el medio. Esto, que antiguamente era conocido como la clásica "extensión universitaria", paulatinamente se ha ido modificando por aquello que llamamos "vinculación con el medio". Los sistemas de acreditación universitaria exigen a las universidades, desarrollar y establecer un vínculo distinto a la tradicional "extensión", dado que ésta tiene una misión más orientada a planificar actividades de extensión académica y difusión cultural, lo cual no quiere decir que deje de tener importancia. Nuestra casa de estudios, cuenta con una Dirección de Extensión, la que fundamentalmente se aboca a temas de carácter cultural, artístico y de promoción. Sin embargo, hoy, toda universidad debe tener desarrollados los tres ámbitos del deber ser, como son la docencia de pre y post-grado, la investigación, desarrollo y, ahora, este nuevo concepto que es la “vinculación con el medio”. En esa línea, nuestra universidad ha diseñado un modelo de desarrollo dentro de esta vicerrectoría, que apunta a una vinculación que definimos como bidireccional. Esto significa sintonizar con aquellos problemas emergentes de la sociedad, frente a los cuales la universidad no necesariamente tiene respuesta para todo, pero sí tiene la responsabilidad de enlazarse con los nuevos temas y las nuevas problemáticas de la contingencia, en una relación mucho más multidimensional.

¿Hacia qué ámbitos específicos se enfoca la gestión institucional de la VRIM?

Desde su creación, la gestión se ha enfocado en satisfacer muchas demandas que actualmente nuestra universidad, debido a su identidad y al rol que cumple en el concierto de la región y del país, se ve conminada a responder. Tomemos en cuenta que cada facultad aporta sus respectivos recursos físicos, docentes, técnicos y humanos, para afrontar las distintas demandas del entorno, lo que se refleja en actividades de formación, seminarios, talleres, asistencias técnicas, consultoría e investigación aplicada. Pero a todo aquello hay que conferirle un marco institucional y la Vicerrectoría pretende que ese proceso tenga un impacto tanto en el medio externo, como en lo interno, mediante todo aquello que la universidad tiene que aprender del entorno. Esta simbiosis se hace posible, a través de los encargados de vinculación que cada facultad ha ido nombrando paulatinamente.

 Nadie posee una receta magistral en esto. Hemos definido áreas que incorporan lo artístico-cultural, con el fin de que el ámbito de la creatividad llegue también a la academia. Es por eso que desarrollamos una iniciativa, que es la cátedra de Violeta Parra, con motivo de la conmemoración de sus cien años de natalicio. Por otro lado, desarrollamos líneas de proyectos en el ámbito de la economía creativa, de las industrias creativas y publicaciones que tienen que ver con temáticas que tradicionalmente las universidades o los fondos concursables  no abordan en plenitud. Temáticas tales como “Concepción la cuna del Rock”, por ejemplo. Temas medioambientales, tanto con componentes nacionales como internacionales y formación de directivos superiores. En el área medioambiental, tenemos proyectos muy interesantes en el sector de Nonguén, donde comparten territorio las comunas de Concepción y de Chiguayante. Son diversos ámbitos que hemos explorado y donde hemos tenido muy buena recepción por parte de nuestra casa de estudios, así como también del medio externo.

¿Cuáles son los objetivos principales hacia los cuales se orientan los esfuerzos de esta nueva institucionalidad universitaria?

Los esfuerzos son intra y extra Universidad de Concepción. En lo externo, aspiramos a tener  relaciones mucho más expeditas con el sector empresarial, con el gobierno y con el mundo social, lo cual no quiere decir que lo que la UdeC venía desarrollando con anterioridad, no lo fuera. Lo que se hizo evidente, es que debía existir una orgánica que permitiera - por ejemplo - que la gran cantidad de convenios que nuestra universidad suscribe con diversas instituciones, tengan un protocolo y una formalidad que permita darles visibilidad. Por un lado, que las cosas se den a conocer, y por otro lado, implementar procesos de evaluación, monitoreo y seguimiento, a diversos convenios que nuestra casa de estudios suscribe. Y lo más importante, que es imprimirle ese carácter universitario a dichos procesos, generando reflexión, conocimiento de avanzada y profundización de algunas temáticas.

En lo interno, el gran desafío que nos hemos planteado, es una modificación reglamentaria al alero de nuestra casa de estudios, la cual fue aprobada por nuestro Consejo Académico a inicios del 2017. Esperamos que este reglamento, próximo a ser aprobado, se traduzca en una valoración a lo que académicos, estudiantes y en general la universidad, desarrolla en torno a estas temáticas. Que junto al aporte en investigación y al aporte en docencia, se potencie la vinculación con el medio, para que esta casa de estudios sea valorada tanto curricular como económicamente. Esto implica incentivos en el currículum de los académicos y fomento de las actividades que nuestra universidad desarrolla. Creo que eso le otorga la relevancia que requiere un área que, actualmente, es tan exigida por entes de acreditación universitaria y por el deber social que nuestra casa de estudios posee. Ya sea por su potente vocación regional, como por su fuerte presencia en nuestro medio local, es necesario que la gestión de nuestra universidad se profesionalice en todos los aspectos.

¿Y qué tipo de proyectos son los que actualmente se encuentran desarrollando?

La VRIM está desarrollando proyectos muy diversos. Te menciono algunos: Estamos trabajando en un área que tiene relación con la formación ciudadana. Hoy la formación ciudadana es un tema tan requerido por los medios, debido a la falta de participación política. Esto puede explicarse en parte, por la pérdida de la formación cívica. Paralelamente a esto, junto a la Facultad de Educación y con la participación del Ministerio de Educación, desarrollamos un proyecto muy interesante que nos adjudicamos, donde vamos a abarcar a 60 establecimientos educacionales de nuestra región. En esa línea, nos ganamos un primer proyecto con el Ministerio de Educación a través de la Seremi de esa cartera. Este proyecto, consiste en la aplicación de metodologías de punta en materia de participación ciudadana. La hemos implementado a través de distintas instancias de diálogo, que son espacios de conversación que esta Vicerrectoría instala. Se convocan a actores de lo más diverso de la sociedad penquista, desde iglesias evangélicas, comunidad judía, minorías sexuales, estudiantes, clubes deportivos, gobierno, empresas, sindicatos, Colegio de profesores; en fin, la diversidad más amplia ha sido convocada, desde el momento en que nos constituimos como Vicerrectoría. Este abanico diverso es lo que se conoce como Stakeholders y es nuestro compromiso saber qué es lo que requieren de la universidad y qué esperan de esta vinculación que estamos estableciendo. Y de aquí han surgido iniciativas muy interesantes en las que hemos proseguido. Por nombrarte una: Cuando se hizo el Congreso del Mar, junto con la Facultad de Oceanografía de nuestra casa de estudios, además del encuentro nacional que trajo a investigadores y especialistas en temas de punta y de bastante envergadura, se organizó un espacio abierto para escuchar a las comunidades ¡Imagínate! Un congreso internacional y temático especializado, que durante su desarrollo, brinda un espacio abierto y masivo a los marinos, las caletas de pescadores y a los estudiantes de colegio. Recibir ese input de lo que la comunidad está viendo, pidiendo y sintiendo respecto a estos temas, fue muy valioso.

Otra línea en la que nos ha ido muy bien con el gobierno regional, ha sido la formación de cuadros directivos orientados al fortalecimiento del capital social de la región, es decir, a la recuperación de las confianzas. Ha sido un tema que, desde el gobierno, se nos ha planteado y nuestra universidad se suma al desafío de poder generar espacios comunes de formación, entre directivos de empresas privadas de la región y directivos públicos. Hoy, la dirección de organizaciones en todo el mundo, debe contar con un fuerte arraigo en las redes de conversación, donde se faciliten espacios de interacción, que permitan sumar  y no restar a los proyectos, desde el punto de vista de los diversos actores partícipes. Otra línea importante, son los temas de género, que a nivel de relaciones institucionales también se vienen desarrollando.

Además, hemos gestionado la visita de investigadores y grandes intelectuales de renombre internacional que han pasado por nuestra casa de estudios. Hace poco tuvimos a un politólogo austríaco; también al ex ministro de energía ecuatoriano - Alberto Acosta - quien vino a dictar una conferencia denominada “El Buen Vivir Andino”, una mirada reflexiva, crítica y propositiva, de los fenómenos que están ocurriendo en nuestra sociedad en todas las formas de interrelación.

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La Universidad de Concepción es uno de los planteles de educación superior que participan en la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Regional 2015-2030.

 

¿Cuáles son los desafíos que tienen actualmente los planteles de educación superior, frente a algo que usted mencionó, como son las demandas ciudadanas, las necesidades de innovación, los problemas medioambientales que padecemos como comunidad y también las necesidades económicas que nunca faltan?

Diría que desde nuestra universidad, hay que imprimir una mirada un poco más aguda, que haga posible que la investigación nos entregue luces y que no se limite sólo al diagnóstico de la problemática. Podemos aplicar encuestas y estudios, lo que al alero de esta Vicerrectoría ya se está haciendo, pero también debemos pasar del diagnóstico a propuestas de solución. En esa línea, hemos tenido muy buena recepción de parte de actores regionales y nacionales, dado el peso y la tradición que nuestra casa de estudios tiene. Miremos esto ad portas de los 100 años de esta casa de estudios. Esta es una universidad que recientemente obtuvo una acreditación por siete años, al igual que la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago, lo cual nos llena de orgullo y creemos que es un reconocimiento a esa tradición. Ahora, un aspecto fundamental de esa acreditación, es el impacto que como plantel de estudios superiores hacemos, al momento de establecer indicadores de medición a partir de nuestra vinculación con el medio. Necesitamos cuantificar la vinculación que nuestra universidad realiza y medir sus efectos en el medio externo.

También es pertinente considerar la reciente adjudicación de un proyecto de vigilancia estratégica. La UdeC fue invitada a participar en la elaboración de la Estrategia Regional de Desarrollo 2015-2030, a través de cuatro representantes de nuestra casa de estudios, de los cuales yo fui uno de ellos. Aquello significó una experiencia de trabajo con otras universidades públicas y privadas. En la ocasión, se dieron cita representantes de la Universidad Católica, Universidad del Desarrollo, Universidad San Sebastián, Universidad del Bío Bío y Universidad Federico Santa María, en un trabajo que convocó a un panel de expertos. Se escucharon los requerimientos de la ciudadanía, y el diagnóstico de especialistas nacionales e internacionales. Finalmente, se elaboró una estrategia regional, donde como universidad, hicimos un aporte bastante destacado. Sin embargo, lo más importante fue que con posterioridad, se convocó a la creación de un proyecto que nos adjudicamos como universidad, llamado Unidad de Vigilancia Estratégica.

Nuestra Vicerrectoría, en un trabajo junto a docentes de distintas universidades del gran Concepción, ha procurado: Primero; incorporar a los mismos actores que elaboramos el proyecto, pues nuestra preocupación principal es darle continuidad a una estrategia regional, que no se mantenga sólo durante los cuatro años de un determinado gobierno de turno, sino que tenga una mayor proyección en el tiempo, específicamente por el período 2015-2030. Estamos hablando por primera vez en nuestra región, de una planificación a 15 años. No obstante, el tener un norte más amplio, no limita las acciones a corto plazo que se puedan ir profundizando y materializando. Además, aparte de los elaboradores del plan estratégico, se sumó al trabajo de esta Unidad de Vigilancia Estratégica, una comisión académica del más alto nivel. Contamos con dos grupos de discusión, enfocados en generar mecanismos de análisis para los temas emergentes en materia de construcción, innovación y capital social, pero abordándolos desde una perspectiva tecnológica, que permita a nuestra universidad - la que además proyecta la creación de una gran iniciativa como es el Parque Científico y Tecnológico (Pacyt) - unir lo que es la I+D+I, es decir, la investigación, el desarrollo y la innovación, desde una mirada multi y transdisciplinaria. Creo que eso será un gran aporte, dado que tenemos un campus dentro del cual, se encuentran emplazadas todas las facultades. Esto permitirá que en Concepción exista, lo que en una sociedad del conocimiento podríamos llamar un observatorio o ente de prospectiva a los temas que vienen, pero que, por otro lado, le otorgará seguimiento, control y actualización a la Estrategia Regional de Desarrollo.

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La región del Biobío está llena de postales hermosas y además es una exportadora de talentos al resto del país.

 

Enfocándonos en el trasfondo de su anterior respuesta ¿Cuáles son las fortalezas que podemos encontrar en nuestra región y que la podrían convertir en una plataforma única, ya sea en el aspecto industrial, turístico, cultural y humano también? Y pensándola también como un futuro polo de desarrollo estratégico.

Lo primero es creerse el cuento. Vivimos en una región hermosa, una región que por su tamaño tiene un número estimable de universidades. Por algo a Concepción se le llama ciudad universitaria. Sin embargo, discrepo de lo que tradicionalmente se conoce como la “retención de talento”. Creo que, de una forma u otra, nuestra universidad debe asumirse como exportadora de talento al país y al mundo. Antiguamente, muchos estudiantes, procedentes de diversas regiones del país, venían a esta casa de estudios. Creo que no hay que perder esa impronta. No obstante, debemos desarrollar con mucho más fuerza una red de ex alumnos, sobre todo con aquellos instalados en áreas estratégicas del país, que permitan que ese capital, generado por nuestra marca de universidad, tenga un retorno. Por eso destaco la labor que hace ex alumnos, porque aporta mucho a esta identificación y potencia la interrelación, en una sociedad que se conecta globalmente. La retención de talento es como decir:"¡Oye! ¡Que no se nos vayan…, dejemos a los mejores!". Creo que podemos generar un mecanismo de tributación, por aquellos talentos que tenemos, que exportamos y que poseen el sello UdeC. Puede ser muy ambicioso pensar en algo así todavía, pero nuestras condiciones como región, caracterizada por el buen vivir, donde la distancia entre tu lugar de trabajo y tu casa te permite ir a almorzar allá, son cosas que, por ejemplo, en Santiago no se dan con esa facilidad. Y lo otro, hay que mirar con una visión mucho más integral la relación con nuestras provincias ¡Imagínate! Como universidad tenemos sedes en Los Ángeles y en Chillán ¡Eventualmente Ñuble-Región! Vamos a tener sede en una nueva región; por lo tanto, el modelo de desarrollo y crecimiento hay que mirarlo desde una perspectiva mucho más amplia.

Hoy más que nunca el concepto de integración es el eje fundamental dentro de una estrategia de desarrollo en todos los ámbitos ¿Cuál es su opinión al respecto?

Creo que ese es el esfuerzo resumido en el lema de nuestra universidad: "El desarrollo libre del espíritu". Creo que en nuestra época, hay un espíritu asociado a la capacidad de generar redes y de vincularse. Por lo tanto nadie sobra. Lo importante es saber en qué ámbito uno es más competente al momento de aportar. La universidad y esta Vicerrectoría, trabajan muy fuerte este sentido de vinculación con la comunidad. Nuestro lema debiera ser: “La universidad en la comunidad”. Eso no quiere decir que nos hayamos alejado de nuestro sentido y de nuestro Ser. Yo diría que el mayor sentido de nuestro Ser, es esta vinculación y la capacidad de impartir este espíritu de universidad regional, que, como dice nuestro rector Lavanchy, fue gestada en su origen, por la actitud de penquistas comprometidos ¡Y no sólo por penquistas! Acabamos de celebrar las Actas Fundacionales. Este 2017 se cumplen 100 años de la creación de este plantel y nos encontramos con diversos actores que, como el clero, la masonería sin lugar a dudas, personas de distintas comunas de la región y del extranjero, aportaron para que el sueño de la UdeC se hiciera realidad. Además está el espíritu de irreverencia frente al poder central. Si Enrique Molina y el resto de los fundadores, no hubieran tenido esa determinación al momento de partir y dar forma a esta universidad y se hubieran quedado esperando el permiso del poder central, no tendríamos lo que hoy tenemos. Creo que no debemos perder esa audacia, mientras se mantenga en un marco de respeto, de vocación democrática y de lo que la institucionalidad nos pide, pero marca el camino de lo que esta universidad requiere para sus próximos 100 años. Tenemos que pensar en grande, actuar local y regionalmente, pero pensando en grande. Creo que tenemos la masa crítica y la calidad humana de nuestros estudiantes, nuestros trabajadores y nuestros académicos, para seguir proyectando este anhelo.

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En el centenario de esta tradicional institución de educación superior, es oportuno recordar el lema que inspiró a sus fundadores: "Por el desarrollo libre del espíritu".

 

Por último Rafael, una sección que es clásica en nuestro medio y que consiste en algunas palabras al cierre. Algún comentario que quisiera formular a nuestros lectores o algo que haya quedado en el tintero y que sería oportuno destacarlo, a modo de reflexión, al término de esta entrevista...

Diario ConCiencia es un nombre que me resulta bastante llamativo, ya que por mi formación de sociólogo y Magíster en política y gobierno, me inclino por aquellas áreas mal llamadas "blandas", que en mi opinión son las más complejas y duras ¿Cómo convergen las ciencias sociales con las ciencias ingenieriles, con las ciencias del medioambiente y con las ciencias que hablan sobre la estética, el arte y la cultura? y ¿Cómo concebimos esto como un sistema integrado y holístico? No creo en la primacía de una disciplina por sobre otras. Sí creo en la complementación. Yo diría que "conciencia" es más amplio que sólo hablar de "estar con la ciencia", entendiéndola en el contexto de las ciencias exactas como la química, la física y la ingeniería; más bien hablaría "de la toma de conciencia". Creo que este aspecto, abre un mundo de oportunidades para replantear lo que hemos hecho con el medioambiente, con las relaciones humanas, con la formación de las nuevas generaciones. Y, lo más importante, cuando observamos a un país donde es necesaria la renovación. Para mí, la renovación no tiene que ver con viejos y jóvenes, tiene que ver con un espíritu dialogante, de aceptación de los otros como legítimos, pero enfocándonos en aquellos elementos comunes en torno a un proyecto que nos emplaza a todos, amén de nuestras particularidades. Creo que la toma de consciencia y la existencia de medios de comunicación, que de una u otra manera potencien una mirada distinta a lo que tradicionalmente nos entregan los noticieros - con profusión de contenidos de violencia y malas noticias - y profundicen en una mirada mucho más reflexiva y crítica de la contingencia, será un aporte para los lectores de nuestra región y de nuestro país. DCC