Cien años después del anuncio de Albert Einstein, el 11 de febrero de este año, científicos del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Laser, LIGO en sus siglas en inglés, anunciaron el descubrimiento de una onda gravitacional emitida por un par de agujeros negros en proceso de choque y posterior fusión. Descubrimiento que nos revela un fenómeno cósmico hasta ahora esquivo para la ciencia.

Rubilar explicó que la detección es posible sólo con objetos cuyas masas son muy grandes, están muy cerca y se mueven a altas velocidades. Pero que principalmente lo que se detecta es la pérdida de energía, “ahora el siguiente desafío es tratar de detectar ondas en nuestro planeta, esto ya que cualquier masa que se mueva produce ondas gravitacionales, pero son muy débiles, por ejemplo la potencia radiada por júpiter en torno al sol es sólo de 5 mil watts, lo cual es insignificante en comparación a otros sucesos del espacio”.

Si bien el anuncio del descubrimiento de la onda tras combinación binaria de los agujeros negros se dio en febrero, ésta correspondía a datos obtenidos en septiembre de 2015. 

Además tras los datos recabados se determinó que ocurrió hace mil 300 millones de años luz atrás. Ahora que LIGO las ha detectado los investigadores cuentan con una manera totalmente nueva de estudiar estos objetos y eventos, pues se espera que se descubran más. En total se esperan diez eventos por año, y aún se están analizando los cuatro meses de la puesta en marcha desde septiembre de 2015.

“Esta es una nueva revelación en la física y para el año 2035 se pretende crear un sistema de medición en el espacio, con lo cual se espera encontrar nuevas fuentes de ondas. Esto sumando a los que ya están en proceso de implementación alrededor del mundo actualmente”. Sentenció el físico Guillermo Rubilar. DCC