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miércoles, 24 de abril de 2024 15:38h.

Rodrigo Díaz Salazar, periodista y vocero del Frente Autónomo del Biobío

Como ciudadanos tenemos el deber de organizarnos en aras de alcanzar el desarrollo para nuestra zona

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Fiel a su tradición histórica, la región del Biobío siempre ha sido artífice de importantes procesos de cambio que han comprometido al país entero. Cuna de revoluciones y gestas heroicas, nuestra zona, de manera inherente, ha anidado el germen de la rebeldía, el espíritu progresista, emancipador y visionario. Actualmente, un conglomerado de organizaciones sociales dan vida al Frente Autónomo del Biobío, un colectivo de carácter transversal que busca relevar ante las autoridades y la opinión pública, ciertos ejes programáticos, con el fin de debatir, discutir, reflexionar y proponer alternativas de desarrollo para el Gran Concepción

 

Es un hecho el actual nivel de descrédito que vive el mundo político en nuestro país, sobretodo, el entorno de los llamados partidos tradicionales. Tanto personeros del oficialismo como de la oposición, no han escapado al juicio crítico de la opinión pública. Día a día se manifiesta de manera evidente el malestar generalizado de la población nacional, haciendo ostensible la crisis de representatividad por la que atraviesan tanto partidos como la clase dirigente, organizaciones que, sometidas al examen ciudadano, no alcanzan el mínimo voto de confianza. También quedan al debe en lo relativo a hacerse eco de las demandas sociales. En la última encuesta, “Auditoría a la democracia”, que dio a conocer el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ocho de cada diez consultados declara no sentirse representado por ningún partido político. De un tiempo a esta parte, el denominado modelo chileno se encuentra en jaque. Las exigencias de la sociedad civil se han volcado a las calles de nuestro país. La molestia se ha convertido en ebullición social, que ha tomado más fuerza y adhesión entre quienes no se sienten representados ni por el Estado ni por la clase política, generando diferentes fuentes de conflicto, tales como protestas medioambientalistas, huelgas de funcionarios públicos, marchas estudiantiles, de profesores, del pueblo mapuche y de la agrupación "No más AFP", entre otras. Este fenómeno, ha traído aparejado el estallido de movimientos sociales, algunos con base territorial - como el "Movimiento Social de Aysén" de 2011 -, "Revolución Democrática", encabezada por el diputado Giorgio Jackson y el "Movimiento Autonomista", al que pertenece el parlamentario Gabriel Boric. En palabras del historiador Gabriel Salazar, "constituye un largo proceso de ciudadanización de la política, que implica que la ciudadanía construya la política desde sí misma, lo que le impone a la vez, autoeducarse en aprender a ser poder soberano y constituyente".

En nuestra región, un conjunto de fuerzas sociales y ciudadanas están comenzando a articularse a partir de procesos cívicos previos, que en el pasado se aglutinaron en torno a ideas y proyectos tendientes a alcanzar mayor autonomía y representatividad en la gestión territorial y política del Gran Concepción. Hablamos del Frente Autónomo del Biobío (FABB), cuyos ejes rectores aspiran a otorgar relevancia a ciertas necesidades ciudadanas frente a autoridades y privados. Algunas dentro del rango de petición - como la implementación de una estación televisiva regional -, y otras, que precisarán de la creación de comités para la elaboración de una propuesta de factibilidad, como ocurre con la futura Universidad Pencopolitana de las Humanidades y el Comercio.

De todas estas temáticas y sus pormenores, conversamos con Rodrigo Díaz Salazar, periodista y vocero del Frente Autónomo del Biobío.

Rodrigo..., contextualízanos un poco acerca de las actividades que estás desarrollando como vocero del Frente Autónomo del Biobío y los detalles que quieres dar a conocer a través de esta entrevista...

Desde hace bastante tiempo, una serie de organizaciones sociales, que además son transversales, vienen trabajando en la constitución de un frente ciudadano más que político. Se trata de una ciudadanía empoderada, perteneciente a diversos sectores de la región, como Santa Juana, Tomé y Talcahuano, entre otros. No solamente de Concepción - en eso tenemos que ser claros -, porque cuando hablamos de ser un frente regional y regionalista, debemos tener claridad que también existe un centralismo interno que el propio Concepción ha ejercido sobre el resto de las comunas. En ese sentido debemos destacar su transversalidad, porque en su composición hay gente de derecha, gente de izquierda, gente de centro, gente que cree en los partidos políticos, gente indiferente a los partidos políticos y gente de todos los niveles sociales: empresarios, profesionales, pobladores, dueñas de casa, etcétera. Eso es lo que resulta muy interesante de esta convergencia, que ahora ha ido madurando en el tiempo y que trasciende lo políticamente contingente. Es un proceso sistemático que arranca de mucho tiempo atrás y que no depende de hechos circunstanciales, ni se destruye ni se recrea a partir de éstos.

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En medio de la crisis que en estos momentos vive la clase política... ¿Consideras una respuesta natural de la ciudadanía organizarse en torno a estos procesos con base social? ¿Cuál es tu análisis al respecto?

Creo que esto ya reventó o está empezando a reventar. Esta consciencia y constancia a la vez, de que la clase política chilena no responde a esa vieja visión de un Chile como ejemplo de país menos corrupto en Latinoamérica, ahora es categórica. Ya todo el mundo tiene la percepción de que esto no es así. Por eso te comentaba que estos cuestionamientos parten de mucho tiempo atrás, puntualmente el 2003, cuando se crea el Comité Cívico de Concepción. En esa oportunidad realizamos un rotundo diagnóstico de la contingencia, abordando el análisis desde una óptica muy regionalista. Concluimos que no existía una auténtica participación ciudadana y social en los partidos políticos, que los liderazgos partidistas se iban remitiendo o transmitiendo casi por linaje familiar.  Por otro lado, había una crisis de representatividad, porque estaba todo la controversia respecto al binominal, el que no dejaba chance a terceras posiciones. Y además está el tema del centralismo, donde se daba la circunstancia de que venía alguien de Santiago a pretender representarte. De alguna manera, creo que en ese aspecto nos podemos jactar de que hay un excelente capital humano en nuestro colectivo, capaz de generar una contrarrespuesta a todo aquello, lo cual tiene que ver con la zona en la que vivimos. Ciudades como Concepción, Talcahuano, Tomé o Lota, son metrópolis con un tremendo pasado industrial y en algunas, la actividad fabril continúa hasta el presente. Por lo tanto, son ciudades con un alto índice de cultura política, sindical y con una población ilustrada. Existe una importante masa crítica capaz de llevar adelante estos procesos. Tampoco debemos soslayar el pasado revolucionario que caracteriza a la historia de nuestra región.

¿Cuáles son los ejes rectores que inspiran al colectivo y que además orientan la dirección del FABB?

Aspiramos a llegar a transformarnos en un movimiento; hacer "olitas" y que a partir de lo que nosotros lleguemos a plantear, se vaya contagiando al resto de la ciudadanía. Tampoco somos tan ambiciosos, pues nuestra convergencia es social y ciudadana. Tampoco tenemos la pretensión de volvernos un partido político. De cierta forma hemos pasado a ser una instancia política, pues claramente, como lo logramos medir a través de la votación obtenida en las últimas elecciones municipales, con un 15% nos transformamos de facto en la tercera fuerza política dentro de la comuna de Concepción.

Fue el apoyo que le brindaron a la candidatura de Juan Polizzi...

¡Justamente! A eso se debe que haya salido tercero en la elección. Eso claramente nos convierte en una instancia política. Pero como te decía, no son sólo ese tipo de circunstancias las que a nosotros nos convocan. Lo que sucede es que el aporte de personas con un alto nivel de cultura y conocimientos dentro de nuestras filas, con un alto grado de penetración en las bases sociales de la zona, sumado a la masa crítica, son consecuencia de un trabajo sistemático, a veces más o a veces menos ordenado, pero sostenido en el tiempo. Los lineamientos principales siguen manteniéndose desde los días de la formación del Comité Cívico de Concepción en 2003, donde vecinos preocupados por su ciudad, se reúnen para poder conversar respecto al desenvolvimiento de la comunidad, aportando análisis, reflexión y si fue necesario, crítica también. Posteriormente, desde esa instancia se extendió el debate al resto de la ciudadanía.

Hubo una iniciativa que en 1995 fue planteada por otro comité, el cual podría considerarse un antecedente del posterior Comité Cívico de Concepción, que promovió la idea de implementar un metrotrén para nuestra ciudad, la que más tarde sería recogida por el gobierno de Ricardo Lagos y que se materializó en el Biotrén. Por lo tanto, esta iniciativa formalmente arranca el 2003, pero en concreto, sus orígenes se sitúan mucho antes en el tiempo, con la acción de ciudadanos, pertenecientes a distintas realidades, pero con un denominador común, que es la preocupación por su zona y la decisión de levantar la voz acerca de materias que consideran relevantes en torno a política social.

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¿Dónde crees que se encuentran enquistados esos "cuellos de botella" que no nos permiten alcanzar el desarrollo que debiéramos tener como región? ..., entendiendo desarrollo en un sentido amplio que engloba aspectos geopolíticos, sociales, culturales, económicos y territoriales?

Tenemos el tema histórico de que las empresas no tributan en la región. En ese aspecto existe una deuda estatal tremenda, ya que el aporte que ha hecho esta región al Producto Interno Bruto (PIB), es mayúsculo. El caso de Talcahuano es dramático y, desafortunadamente, eso no se devuelve ni se ve reflejado en igual proporción, en el nivel de inversión en obras públicas en nuestra zona. En eso quiero ser bien justo, tampoco pretendemos ser un grupo de gente que se tire al piso y esté llorando permanentemente por las deficiencias que pudieran existir en la región. Quiero dejar bien claro que somos muy críticos de lo que hemos hecho y de lo que no hemos hecho como ciudadanos. Por ejemplo, ahí está todo el tema de la disminución paulatina que ha venido experimentando el presupuesto destinado a Fondos Nacionales de Desarrollo Regional (FNDR) desde 2012, lo cual es un gravísimo problema de gestión, donde hemos fallado como ciudadanía fiscalizando a las autoridades. También hemos fallado al no organizarnos. En ese aspecto debemos ser responsables, ya que aquí no se trata de pedir recursos sólo por capricho. Hay varios ejes que debemos señalar como urgencias o temas que las autoridades - considerando que este es un año en que se van a elegir, además de parlamentarios, a consejeros regionales - deben considerar fundamentales.  Al respecto, los grandes ejes son: territorio, economía y medio ambiente, con sus respectivos subtemas, dentro de los cuales nos merece especial atención el tema de la conectividad. Para nosotros es muy importante todo lo que tenga que ver con la extensión del biotrén, tanto el proyecto en que está contemplada una línea que siga desde Lota hasta Arauco, como hacia el norte, en que cruce una estación intermodal a la altura de Cerro Chepe y, vía Vicuña Mackenna - donde ya existe un estudio ejecutándose al respecto - se extienda hasta la Villa Cap y eso se conecte con el tren rápido a Chillán. También, que ese tren, que llegaría a Chillán y que circularía paralelo a la ruta del Itata, esté conectado con Talcahuano. Existen otros problemas más pequeños en cuanto a conectividad. Por ejemplo, te menciono el caso de Barrio Norte, donde a ciertas horas peak estamos enfrentando tacos monumentales, existiendo vías que están subutilizadas como el caso de Juan de Dios Rivera, Manuel Gutiérrez, Vicuña Mackenna y Manuel Rodríguez. Siendo las dos últimas, avenidas teóricamente. Nos damos cuenta que de calle Ejército hacia el norte, no existe locomoción suficiente. Sólo el recorrido Rengo-Lientur y algunos colectivos, ya que la mayoría de las líneas de buses circulan por el centro de la ciudad. Además, de Barrio Norte al terminal Collao no hay ningún bus directo. Por lo tanto, es fundamental aportar soluciones pero desde una mirada integral, en la que esté presente la participación de los ciudadanos, quienes mejor que nadie conocen las necesidades y problemas en cada sector.

El otro eje está vinculado a cultura, comunicaciones y turismo. Ahí tenemos tres grandes temas. Necesitamos contar con medios de comunicación ciudadanos, tener un canal público, por razones identitarias y por las catástrofes naturales que nos suceden ¿Cómo es posible que la segunda ciudad de Chile no tenga una estación televisiva? Y un canal que esté bajo control ciudadano, a través de un consejo directivo que lo supervigile. Lo mismo debiera hacerse con una radio o la prensa escrita. Sumemos el eje turístico, donde nos encontramos con una zona a la que no se le ha sabido sacar partido a todo su potencial turístico, teniendo un tremendo patrimonio cultural e histórico como legado. Destaco, más allá de la polémica, el aporte del festival REC al turismo, pero de todas maneras esta área está al debe... ¡Se puede mejorar aún más! Se promocionan los mismos destinos de siempre, sin tomar en cuenta el enorme legado histórico que poseemos. Debiéramos seguir como ejemplo lo que se hace en el sur de Estados Unidos con los reenactments, donde puedes ver tipos vestidos con uniformes de soldados de la Confederación, haciendo re creaciones históricas de batallas. Aquí se han hecho experiencias similares en Penco o en Cerro Amarillo, pero de todos modos falta invertir más en turismo patrimonial.

Por último, otro tema importante es la creación de un comité pro Universidad Pencopolitana de las Humanidades y el Comercio, porque claramente estamos al debe en materia de educación humanista y comercial. Ambos aspectos constituyen un déficit histórico en nuestro sistema educativo y justamente tienen que ver con el tema turístico, antropológico e identitario de nuestra zona ¿Cómo promovemos de manera más certera las fortalezas de nuestro territorio? Utilizando nuevos soportes que utilicen conceptos objetivos y científicos que vayan más allá de la mera tradición oral. Por lo tanto, una universidad presidida por un consejo ciudadano representativo, que posea una dinámica propia, que imprima un enfoque antropológico a su gestión educativa y que se vincule con la raíz identitaria de nuestra cultura local, en la que siempre ha estado muy presente el espíritu rebelde que ha caracterizado a nuestra zona, pareciera ser la fórmula.

¿Cuál es tu pronóstico para el próximo proceso eleccionario que se avecina y cómo nos afectará el resultado que se dé a nivel local?

Se ven dos candidaturas fuertes a estas alturas que son las de Guillier y la de Piñera. No creo que los supuestos problemas de transparencia que está presentando este último, vayan a afectar seriamente que sea el abanderado de la derecha. Obviamente se ve una competencia muy reñida. No me atrevería a vaticinar todavía quien va a ser el ganador. Ahora, como los ciudadanos de regiones somos gente de segunda y hasta de tercera categoría, es bueno manifestar que el trabajo que venimos desarrollando como colectividad hay que mantenerlo, ahondarlo y ampliarlo en la misma línea de acción. Haría un llamado a la gente a que vote por candidatos, ya sean a parlamentarios o consejeros regionales, de los que puedan dar fe de su honradez y honestidad y sobretodo, personas que tengan una mirada local y que tengan probada capacidad de gestión. Que no solamente sean candidatos con un buen discurso, sino que posean la claridad para desarrollar proyectos concretos con lineamientos concretos. Gente que tenga consciencia regional y que posean fundamento en las bases de las comunidades.

Estamos en una transición económica, porque el cobre de aquí a diez años puede que no tenga la relevancia de hoy en día y vaya extinguiéndose. Tenemos la crisis de las industrias, como lo sucedido acá con Huachipato. Quizás, estemos viviendo un proceso de desindustrialización en nuestra zona. En ese sentido vuelvo a hablar del turismo, que es una industria limpia y representa el futuro. Tenemos el ejemplo de España, que fue una de las diez potencias industriales en los años '70, pero le tocó competir con otros países con una expertise y un know how mayores, como es el caso de los países anglosajones, Japón, y actualmente, Rusia y China. Por lo tanto ese proceso no fue viable en el tiempo. El turismo, que es una industria blanca, que no contamina, que permite el intercambio - esto último un aspecto muy importante - nos conecta con la cultura y con las personas y genera una interacción que permite el intercambio comercial. Históricamente, nuestra zona ha tenido vínculos con Uruguay y la provincia de Buenos Aires y es momento de volverlos a articular. Está la idea de construir una línea férrea que conecte Arauco con Argentina y también construir un puerto en la zona de Caleta Yani, cerca de Lebu. Esos me parecen proyectos fundamentales, en los cuales hay que invertir para su puesta en marcha, ya que, junto a la necesidad de implementar una casa de estudios humanista y comercial, fomentarán el intercambio, que es la dinámica económica y antropológica mayormente asociada al rescate de nuestra "alma provincial".

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Acabas de hablar del "alma provincial" y ciudadana...,y en relación a eso ¿Qué análisis puedes hacer del capital humano que tenemos en nuestra región?

Creo que tenemos un tremendo capital y de muy buena calidad. No solamente el capital humano que poseemos es competente gracias a los centros de estudios que tenemos, sino que también eso se debe a las experiencias que nos ha tocado vivir. Nuestra zona está muy conectada con la naturaleza. Todos los habitantes de Tomé, Talcahuano, Lota, Coronel, el propio Concepción, Hualqui, Florida, etcétera, somos gente que vivimos en medio de la naturaleza. Tenemos el privilegio de vivir en zonas muy ricas, con mucha biodiversidad y entornos ecológicos muy próximos a los centros urbanos. La provincia de Concepción es un pueblo telúrico y prueba de ello es el hecho que desde que llegaron los españoles en 1550, existe un nutrido registro de catástrofes naturales. En Talcahuano, históricamente, se han producido cinco tsunamis con similar intensidad a la del 27/F. Eso imprime un carácter especial a su población. O lo que sucedió en las minas del carbón, por ejemplo, o el hecho que esta fuera una zona de frontera en constante guerra contra el pueblo mapuche. Eso forma el ethos de un pueblo. Por eso la gente de esta zona es tan estimada en el resto del país, no sólo por nuestra calificación profesional, nuestra inteligencia o nuestro talento, sino que también porque poseemos una disciplina natural. Podríamos decir que somos un pueblo naturalmente estoico y resiliente, acostumbrado a terremotos y a guerras. Eso siempre ha sido así. El propio historiador Francisco Antonio Encina decía: "hay un sólo chileno que es distinto a los del resto del país y esos son los del Biobío"; fundamentalmente por temple, por una vida más expuesta, porque hemos tenido que aprender a batírnoslas con menos recursos y hemos debido conseguir objetivos bajo esas circunstancias adversas.

Por último Rodrigo, envíale un mensaje a nuestros lectores y algo que quieras decir al cierre de esta entrevista...

Básicamente quiero agradecer a su medio y agregar que hoy la ciudadanía está empoderada y que a los derechos hay que contraponer deberes. En ese sentido creo que estamos transitando por un momento interesante a nivel glocal , lo que significa considerar aspectos tanto locales como globales en el análisis. Hay muchos tótems a nivel ideológico o de otro tipo, que se daban por afianzados y que se han ido cayendo. Probablemente seguirán cayendo más. También existe una renovación generacional. Y no me refiero solamente a los jóvenes, sino que a la gente que hoy tiene 40 y tantos y que en veinte años más vamos a ser los viejos que daremos consejos a los que vienen detrás de nosotros. Hay que visualizar esta transición de manera importante, pues tenemos capital humano capaz de proyectar una línea de pensamiento, tanto cultural como estética si se quiere. Creo que es nuestro momento, ya que vemos que Santiago actualmente, es una zona saturada. Eso quedó comprobado con las dos grandes emergencias por cortes de agua en el último tiempo. 

Cuando se habla del Gran Concepción, quiero abordar ese término de manera positiva y como el desafío de constituir una gran metrópolis pencopolitana junto a las comunas adyacentes: el triángulo Tomé-Talcahuano-Lota; localidades portuarias y post industriales, donde creo, radica nuestro futuro. Hemos visto los esfuerzos desplegados por mejorar Talcahuano en materia de infraestructura. Esos tres enclaves primordiales, bien trabajados, administrados y proyectados, son la clave para una recurrencia de elementos patrimoniales, conceptuales y antropológicos; por tanto culturales, con una proyección turística y económica tremenda. A nivel de cifras, estamos sólo a 100 mil visitantes anuales de Argentina. Se han acortado las brechas increíblemente. Eso habla de nuestro tremendo potencial como zona turística, pues tenemos los recursos humanos suficientes, la infraestructura hotelera, hostales, pubs, restaurantes, etcétera, para recibir a los visitantes. Falta que tomemos más consciencia y nos creamos más el cuento de las ventajas comparativas que tenemos como provincia. Es un gran trabajo, donde no sólo se debe considerar al sector público y privado. Yo agregaría la  "tercera pata", que somos la ciudadanía organizada y responsable, capaces de articularnos de manera institucionalizada y convertirnos en interlocutores válidos con un gran objetivo por delante, que es mejorar nuestra calidad de vida.

Por último, envío un saludo a toda la gente de nuestra provincia de Concepción y de toda la región del Biobío y por extensión, a la gente de todas las regiones, para que también tomen en sus manos su propio camino de manera responsable, pero con decisión, personalidad y sistemáticamente. DCC

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